En la estación veraniega solemos hacer una vida social más activa, estando fuera de casa más tiempo y disfrutando del sol y los amigos. Parte de nuestra costumbre es comer fuera de casa, disfrutando de todas las maravillas gastronómicas que nos ofrece nuestra tierra ibérica. Una de ellas es el jamón ibérico y de ella vamos a hablar: el jamón ibérico en verano.
Su disfrute no está reñido con la estación del sol, todo lo contrario. Aunque para disfrutar plenamente hemos de tener en cuenta algunas pequeñas cosas. El jamón ibérico en verano debe disfrutarse tanto en casa como fuera. Para su consumo fuera de casa contamos con magníficos profesionales, que miman el producto destinado a hacerse un hueco principal en nuestras elecciones de platos para compartir y picar. En casa verás que no es complicado conservar perfectamente el jamón ibérico, alejándolo básicamente de dos elementos: el sol y el aire.
Aunque es de sentido común, repasamos otros elementos o condiciones que pueden estar presentes en nuestra casa y que pueden distorsionar el sabor del jamón ibérico en verano, aunque también en otras épocas de año: evita en lo posible los focos de calor, los olores fuertes y la luz artificial intensa. Consume tu jamón ibérico en jamonero, no lo dejes secar parando su consumo y apura cada parte antes de darle la vuelta
Para conservar el jamón ibérico en casa debemos colocarlo en un lugar fresco y seco, que no le de el sol. Puedes utilizar cualquier parte de la cocina u otra estancia a salvo del sol directo. Si el jamón está abierto debes tapar el corte con tocino limpio cortado de la misma pieza. Yo además le aplico un paño por encima para resguardarlo mejor del aire. Si está cerrada la pieza no tendrás ningún problema manteniéndolo en su envase original.
La temperatura de conservación será la ambiente, salvo que el jamón esté cortado o loncheado ya que entonces debes meterlo en la nevera. Debes consumirlo cuanto antes salvo que esté envasado al vacío. Recuerda sacarlo un ratito antes de consumirlo para que el tocino del jamón se derrita en parte y se potencie el sabor y la textura original del auténtico jamón ibérico.
En los establecimientos de hostelería observarás que los jamones aparecen normalmente expuestos tras la barra o en un expositor ad hoc, siempre expuestos al ambiente y con la única precaución de no estra abiertos hasta su consumo. Esa es tu mejor referencia de que el jamón se conserva bien en casi cualquier situación y época del año, gracias a su proceso de curación. Lo ideal es no sobrepasar temperaturas superiores a los 25 grados centígrados.
Para consumirlo, temperatura ambiente, recién cortado y ¡a disfrutar!