Jamón y aceite están llamados a entenderse. El jamón ibérico y el aceite de oliva virgen son dos productos únicos de nuestra gastronomía, que se dan la mano en múltiples combinaciones, siempre con un resultado lleno de sabor y fuerza. Un maridaje excepcional, que se produce gracias a las cualidades únicas de estos dos alimentos “estrella”. Jamón y aceite son dos productos autóctonos con los que nos asocian desde tiempos remotos, anteriores a la creación del propio país.
La unión del jamón ibérico y el aceite de oliva virgen ofrece siempre una experiencia gastronómica excepcional y, además, un aporte más que beneficioso para nuestro organismo ya que ambos productos poseen un alto contenido en ácido oléico, una grasa monoinsaturada de la que los expertos aseguran que aporta beneficios al colesterol “bueno”, al sistema vascular y al funcionamiento del corazón.
Hoy en día cobra vital importancia una alimentación saludable y equilibrada y aquí es donde destacan nuestro jamón ibérico y nuestro aceite de oliva virgen. En una de sus combinaciones más conocidas como es la tostada de pan con aceite, tomate y jamón, el aceite facilita la ingesta de los antioxidantes del tomate y éste, el del hierro que contiene el jamón ibérico.
Aparte de su buen matrimonio con el jamón, el aceite de oliva virgen es una alimento esencial en la dieta mediterránea. Como todos sabéis, su origen es el fruto del olivo, la aceituna, de la que el 33% de su pulpa es aceite.
Para lograr el mejor aceite se seleccionan ejemplares de aceitunas con una edad media de entre seis u ocho meses, normalmente en época de otoño, que es cuando tienen más aceite. Tras la recolección se presionan las olivas para extraer todo su zumo y con esa sustancia se realizan diferentes procesos de elaboración. La curación delimita la calidad del producto final. Dentro del aceite de oliva virgen, existen diferentes tipos en función de los procedimientos utilizados en su producción o de su procedencia: virgen, virgen extra, corriente, lampante, refinado o mezcla. Dentro de estas categorías, el aceite de oliva virgen y el virgen extra son los que poseen más calidad y, en extensión, son los más caros. El 98% de la producción mundial de aceite se realiza entre España, Grecia e Italia, así que no tenemos ninguna excusa para no disfrutar de este producto tan nuestro. Desde Tierra del Ibérico te animamos a hacerlo, combinando un buen aceite con nuestros mejores jamones ibéricos, ya sean de bellota o cebo. ¡Qué lo disfrutes!