Y ahora que el jamón que encargaste en Tierra del Ibérico se ha terminado, ¿cómo aprovechar los restos? Pues te lo vamos a contar, y sin duda disfrutarás aún más y hasta el último gramo de este riquísimo producto
Siempre se ha dicho que del cerdo se aprovecha todo, todo, todo y váis a ver hasta qué punto. En esta entrada nos centramos en el caso de vuestro jamón o paleta ibéricos, del que no vamos a desperdiciar nada de nada.
Veamos qué partes del jamón en principio “desechamos”:
- Esos pequeños recortes, sobrantes y taquitos que van quedando cuando cortamos
- La grasa que cubre el jamón, una vez limpia y desechada la amarilla, que puede amargar o saber a rancio, nos vamos a quedar con la de color rosáceo y de color blanco
- El hueso final, que muchas veces tiene “pegada” bastantes restos de carne todavía.
Casi todo el mundo guarda el hueso y lo lleva a cortar o lo corta en casa para hacer con él caldos y guisos. (Antes también podremos recortar bastantes trocitos de jamón aún, aunque sean muy pequeños, seguro). No olvidéis que es mejor congelar en bolsitas los trozos del hueso para que no cojan sabor a rancio. Pronto publicaremos una deliciosa receta de caldo con el hueso de jamón y verduras, que además tiene numerosos beneficios nutricionales y que tan bien nos sienta calentito en invierno.
Además, si cocemos mucho tiempo unos huesos, el caldo se reducirá y adquirirá textura gelatinosa, con ello conseguiremos una gelatina de jamón ibérico deliciosa que podemos guardar en la nevera o bien congelarla y después hacer “cubitos” para añadir a los guisos.
Los recortes y taquitos nos sirven para hacer croquetas, tortillas, pastas, rellenos (patatas, huevos duros), sofritos, crudos o fritos (o pasados un poquito por el microondas) podemos añadirlos a sopas o ensaladas, realizar quiches o pasteles de verduras con jamón, o cocinar las mismas verduras directamente salteadas con el jamón (habas, alcachofas, judías verdes, espárragos, champiñones, cardo,…)
Y podemos hacer recetas más novedosas como tartar, paté, mousse, distintos sándwiches, pizzas…ya os iremos dando más ideas en este blog, no os las perdáis…
Con la grasa podemos freir huevos, patatas… ¿Lo habéis hecho alguna vez? El sabor es impresionante.
Añadiendo directamente un trozo de grasa a la cocción de los guisos de carne o verduras le daremos ese toque especial con el aroma y sabor del jamón ibérico que tanto nos gusta.
También se pueden cocinar chicharrones, cortando el tocino en pequeños dados y colocándolos en la sartén a fuego medio, donde se tostarán y se pondrán crujientes. Estos crocantes se pueden usar para añadir a ensaladas, sopas, cremas, o para acompañar verduras, por ejemplo.
¿Y qué tal si hacemos un aceite de jamón ibérico? Fundid la grasa con un poco de aceite de girasol y un poco de agua, a fuego muy lento. Ese aceite será un delicioso condimento para tostadas, ensaladas…Y podéis hacer mantequilla, enfriando un poco ese aceite que habéis creado…probadlo como base de vuestras tostas con un poco de tomate natural y un poquito de queso curado, por ejemplo.
¿Os atrevéis a hacer espuma de jamón ibérico? Es muy sencillo. Coceremos a fuego muy lento un hueso de jamón con un trocito de bacon, nata sal y pimienta hasta que reduzca como a la mitad, retiramos el hueso y el bacon y si tenemos sifón lo montamos (si no, con varillas). Lo ponemos en unos vasitos y le colocamos unos crocantes de jamón por encima. Y ya tenéis un original entrante para vuestras cenas de invitados.
En fin, que únicamente la pezuña no nos sirve en la cocina, pero todo lo demás nos ayudará a hacer recetas deliciosas.
Así que ya sabéis, aprovechad bien toooodos los restos y encargadnos el siguiente jamón ibérico en vuestra tienda online tierradeliberico.com
¡Sabemos que no váis a dejar ni el hueso!